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―¡Una cosa por la otra! —replicó Satanás—. Con tal de salvar la vida, el hombre da todo lo que tiene. Pero extiende la mano y hiérelo, ¡a ver si no te maldice en tu propia cara!

―Muy bien —dijo el Señor a Satanás—, Job está en tus manos. Eso sí, respeta su vida.

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